Ciudadanos españoles torturados por el régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial describen en qué consiste el método más utilizado por Teodoro Obiang para castigar a los opositores
Por Marcos Sierra
Los ciudadanos ecuatoguineanos nacionalizados españoles supuestamente secuestrados y torturados por el régimen dictatorial de Teodoro Obiang detallan en sus declaraciones a la Policía española el tormento que sufrieron, con la denominada ‘Técnica del Cocodrilo’ como práctica más habitual. El Movimiento de Liberación de Guinea Ecuatorial fue quien denunció estos hechos.
La red ilegal tejida por Obiang tenía Madrid como punto neurálgico, según la investigación a la que ha tenido acceso Vozpópuli. Desde la capital de España se habrían diseñado parte de estas acciones, con Carmelo Ovono Obiang, hijo del presidente del país, al frente de la trama como responsable de los servicios de inteligencia del país africano.
Las víctimas eran engañadas en España con tentadoras ofertas laborales para cuyas entrevistas debían desplazarse a países de África. Desde allí eran trasladados contra su voluntad hasta Guinea Ecuatorial -en ocasiones en el Falcon del propio Teodoro Obiang-, donde eran sometidos a torturas durante días.
La ‘Técnica del Cocodrilo’ fue la que sufrieron durante días Martín Obiang, Bienvenido Ndong, Feliciano Efa y Julio Obama, estos dos últimos con nacionalidad española. Todos pertenecen al Movimiento para la Liberación de Guinea Ecuatorial.
La ‘Técnica del Cocodrilo’, la predilecta por Obiang
La ‘Técnica del Cocodrilo’ consiste en colgar boca abajo y de un palo, en paralelo al suelo, a la víctima. El torturado se encuentra en todo momento atado a la madera de ambos codos y tobillos, y queda suspendido soportando su propio peso durante un tiempo indefinido. El informe de la investigación incluye los testimonios de los opositores al régimen citados anteriormente que sufrieron esta tortura. Esta práctica está ligada históricamente a la dictadura de Obiang.
Feliciano Efa explica de forma detallada lo sucedido en una de las varias sesiones de tortura a las que fue sometido. «Casi me revientan las venas de los brazos porque me ató como se suele atar a un cocodrilo, de pies y manos y entre las ataduras atraviesan un palo largo y te levantan y te cuelgan arriba […] Con la presión sanguínea se me reventaban las venas de los brazos y las piernas porque la presión ya era excesiva y la sangre salía disparada por todas partes. Así durante cuatro largas sesiones […] cuando nos sometieron las descargas eléctricas”.
Efa desvela, además, que estuvo casi una hora colgado. «Me colgó casi 50 minutos, me dieron convulsiones, empecé a romper mis dientes, él me exigía que hablara pero no le dije nada…”.
En paralelo a esta tortura, algunos de ellos recibieron descargas eléctricas y fueron azotados. Son delitos que desde la investigación se consideran de lesa humanidad, perpetrados en el extranjero y que consistían en la detención ilegal, traslado forzoso entre países, torturas y condena arbitraria a prisión de por vida tras un proceso sin derechos ni garantías.
España no puede hacer nada por ti: «Está a la cola de Europa»
Martín Obiang también sufrió este tipo de tormento tras ser trasladado a Guinea Ecuatorial. “Aquí empiezan las interminables sesiones de torturas físicas consistentes en ponerte boca abajo, te levantan las manos y las piernas a lo cocodrilo, te ponen los grilletes y te suben arriba. Las muñecas y los tobillos son los que soportan todo el peso de tu cuerpo durante una hora o lo que ellos quieran. Estando en esta situación es cuando ellos te dicen que hables… Así durante cuatro largas sesiones», declara.
Los torturadores utilizaban también España para amedrentar a las víctimas, tal y como describe Martín Obiang en su testimonio. “Me decían cosas como qué piensas que puede hacer España por ti, si está a la cola de Europa, y muchas otras tonterías que no puedo contar. Conmigo se cebaron hasta que yo entré en convulsiones. El Director de esta prisión, Elías NDUM, fue quien me trabajaba (torturaba), como se dice aquí. Tengo marcas de torturas por todas las partes del cuerpo. Incluso las venas se me revienta de la presión de los grilletes”.