La página del gobierno/PDGE dice:
«El Jefe de las Fuerzas Armadas y Defensa de la República de Uganda, Edward Katumba, era portador de un mensaje textual enviado por S. E. Yoweri Kagunda Museveni, a su homólogo y hermano, S. E. Obiang Nguema Mbasogo, en el marco del reforzamiento de los vínculos de amistad y hermandad entre los gobiernos de Kampala y Malabo.
En presencia del Ministro Delegado de la Presidencia de la República, Encargado de la Seguridad Exterior, Juan Antonio Bibang Nchuchuma, el Jefe de las Fuerzas Armadas y Defensa de Uganda, ha transmitido a S. E. Obiang Nguema Mbasogo los saludos enviados por el mandatario de su nación.
Aspectos que conciernen a la cooperación militar y la defensa del continente africano han sido los temas centrales del diálogo entre el Jefe de Estado y el enviado especial, el General Edward Katumba.
El contenido del mensaje se basa en el espíritu panafricano de desarrollar la cooperación militar para la defensa de sus pueblos, según ha manifestado el enviado especial».
A: No vamos a entrar hoy a juzgar la «fraternidad» (de dictadores) a la que tanto alude la propaganda del régimen. Queremos, sin embargo, publicar una breve semblanza de Yoweri Museveni, aparecida en el diario francés Le Monde el pasado mes de febrero coincidiendo con la celebración en Uganda de elecciones presidenciales. Son los párrafos finales del articulo Yoweri Museveni, rey de Uganda, del que es autor Bruno Meyerfeld. Dice así: «A su llegada al poder, Museveni escribía: » El problema de África en general y de Uganda en particular, no son los pueblos, sino los dirigentes que quieren estar demasiado tiempo en el poder». Treinta años después, Museveni sigue en su puesto, formando parte del club de inamovibles autócratas africanos, tales como Robert Mugabe en Zimbabwe, Paul Biya en Camerún, José Eduardo dos Santos en Angola o incluso Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial.
(…)
“… contrariamente a las apariencias, el poder endureció a Museveni. Desde hace diez años, las manifestaciones son reprimidas por una policía que no vacila en detener y en torturar a los opositores demasiado activos. Igual que Denis Sassou-Nguesso en el Congo y Paul Kagamé en Ruanda, Museveni ha cambiado en 2005 la Constitución ugandesa para presentarse a un nuevo mandato. En 2006 y después en 2011, ha sido reelegido. Siempre en la primera vuelta. Siempre con sospechas de fraude.
Al mismo tiempo, su peso sobre la escena política africana disminuye. Su mediación en Burundi, iniciada en julio de 2015, ha sido un fracaso. El aliado norteamericano se ha distanciado, sorprendido por las persecuciones del régimen contra los homosexuales. No se trata con más delicadeza a los hermanos de lucha. Kizza Besigye, su antiguo médico del «monte», se ha convertido, en el curso de los años, en su principal opositor. «Mucha gente dice que hay dos Museveni, el del monte y el del poder, y que si se encontrasen, no se reconocerían, hasta se combatirían”, manifiesta este candidato de la oposición, brevemente detenido en Kampala, el lunes 15 de febrero. Hay, sin embargo, un sólo Museveni. El poder ha puesto de manifiesto su verdadera naturaleza: un hombre vanidoso, que desea controlarlo todo, movido únicamente por su propio interés”. Olvidados, los ideales de la guerrilla, «Es forzoso comprobar que Museveni se ha convertido en todo aquello que combatió cuando era joven, reconoce Gérard Prunier. Es la imagen del tirano africano al que él mismo denunciaba».
¿Tiene alguna intención de dejar el poder? «Incluso si quisiera, no podría hacerlo. estima Jeff Ssebagala, de la asociación Unwanted Witness, que lucha contra los abusos de la policía. “Su mujer es diputada y ministra de su gobierno. Su hermano es uno de los jefes del ejército, uno de los personajes más poderosos del régimen después de él mismo. Su hijo dirige las fuerzas especiales. No pueden dejar que se marche. Si vive veinte años más, habrá permanecido cincuenta años en el poder». Y morirá en escena, como un actor».
http://www.lemonde.fr/afrique/article/2016/02/16/m7-roi-d-ouganda_4866118_3212.html