Una orden ministerial ha suprimido el servicio de taxis en todo el territorio nacional. El objetivo político del gobierno sigue siendo aparentar que los taxis no funcionan por una orden suya motivada por cuestiones burocráticas, no por una huelga de los conductores. En Malabo ha movilizado a algunos autobuses para posibilitar los desplazamientos de la población. En algun caso se dice que con la colaboración de personas de la comunidad china. Esto sucede solo en Malabo aunque en Bata y en el resto del país tampoco circulan los taxis.
Guinea vive en una verdadera situación de emergencia, responsabilidad de las autoridades del país, que pretenden gestionarla con medidas cuarteleras (simples y autoritarias), sin preocuparse por las repercusiones que tienen en la vida de la población.
Otra orden, esta del Ministerio de Información, prohibe la difusión de noticias sobre el conflictos de los taxistas tanto en la Televisión estatal como en Asonga.