La página de la Asociación de Reflexión e Información sobre Burundi (Arib) ha publicado, con fecha de ayer la noticia siguiente:
«Se espera en Bujumbura una misión de alto nivel.
La 26 cumbre de la UA acordó enviar a Bujumbura, en un plazo breve, una delegación de alto nivel. Decidió, en cambio, que no habrá despliegue por ahora, de una misión de mantenimiento de la paz en el país.
Sin embargo, hace algunas semanas, el Consejo de Paz y Seguridad del UA exigía el despliegue de la MAPROBU, la Misión Africana de Prevención y de Protección a Burundi.
Según fuentes bien informadas, la misión de alto nivel estará encabezada por el chadiano Idriss Deby Itno, el recientísimo presidente en ejercicio de la UA, y estará a finales de esta semana en Bujumbura. Le acompañarán otros jefes de Estado, entre los que estarán el guineoecuatoriano Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y el ugandés, Yoweri Museveni.
Oficialmente viajan, para convencer al presidente burundés de que acepte el despliegue de una fuerza de mantenimiento de la paz. Pero en realidad, esta misión de alto nivel deberá discutir la forma como se recupera el diálogo, abierto en diciembre en Entebbe en Uganda».
http://www.arib.info/index.php?option=com_content&task=view&id=14052&Itemid=1
Sobre la posición del dictador guineoecuatoriano en este conflicto nos parece interesante la lectura del articulo Fuerzas de interposición en Burundi: La oposición de Jammeh y Obiang plantea un nuevo pulso. [http://beninmondeinfos.com/index.php/monde/33-afrique/1332-deploiement-des-forces-africaines-au-burundi-l-opposition-de-yaya-jammeh-et-obiang-nguema-ouvre-un-nouveau-bras-de-fer] publicado en la página Benin Monde Infos con fecha de hoy. Según la página beninesa los jefes de Estado de Guinea Ecuatorial y de Gambia (Yahia Jammed) fueron los principales opositores al despliegue de esa fuerza de paz. Sus razones pretendían justificarse en una defensa extrema del principio de soberanía nacional: hasta tanto no se consiga la conformidad del jefe del Estado burundés, no hay lugar para el despliegue de fuerza alguna en su territorio. En realidad, esta actitud supone una defensa cerrada de las posiciones del dictador de Burundi, Pierre Nkurunziza.
Amnistía Internacional decía en un comunicado del pasado 22 de diciembre: «Las fuerzas de seguridad de Burundi mataron el pasado 11 de diciembre a decenas de personas, muchas de las cuales fueron ejecutadas de forma sumaria, ha denunciado hoy Amnistía Internacional (AI).
«Se trata de la jornada más sangrienta desde que comenzara la crisis política. Las calles de Buyumbura estaban llenas de cadáveres, muchos de los cuales presentaban un solo tiro en la cabeza», explicó la directora regional de AI, Muthoni Wanyeki, que pidió una investigación exhaustiva al Gobierno burundés.
En una nota informativa titulada Mis hijos están asustados, la organización documenta ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y saqueos por parte de la Policía en respuesta a varios ataques contra instalaciones militares.
Durante la operación de busca y captura de los responsables de los ataques, las fuerzas de seguridad fueron atacadas por grupos de jóvenes armados y fue entonces cuando comenzaron a entrar en las casas arrestando a gente de forma arbitraria y matando a decenas de personas.
«Las tácticas violentas de las fuerzas de seguridad utilizadas ese día representan una dramática escalada en la intensidad comparadas con operaciones previas», alertó Wanyeki.
Según denuncia Amnistía Internacional, la mayoría de las víctimas eran hombres que fueron sacados arrastras de sus casas y luego ejecutados o recibieron un disparo nada más abrir la puerta.
En el barrio de Nyakabiga, los cuerpos de al menos 21 hombres fueron encontrados en calles, casas y zanjas, y los residentes identificaron a algunas de las víctimas: un vendedor ambulante, un profesor, un trabajador doméstico y varios menores.
Al día siguiente, el portavoz del Ejército anunció que al menos 79 «enemigos» del Gobierno habían muerto, así como cuatro soldados y cuatro policías, pero sin diferenciar entre los que realmente pudieron participar en los ataques a las bases militares y los vecinos ejecutados a sangre fría.
Al menos 400 personas han muerto en Burundi desde el pasado mes de abril, cuando comenzaron una serie de violentas protestas después de que el presidente, Pierre Nkurunziza, anunciase su intención de presentarse a las elecciones por tercera vez, algo prohibido por la Constitución.
Las elecciones se celebraron y Nkurunziza ganó los comicios el pasado julio con un 69 % de los votos, un resultado que la comunidad internacional no ha reconocido por la falta de garantías durante su celebración».
http://www.elmundo.es/internacional/2015/12/22/56793024ca474117058b45ac.html
Así son siempre los amigos de Obiang.