JOSÉ NARANJODakar – 13 AGO 2020 – 20:36 CEST
Una ola de manifestaciones ha estallado en diversos puntos de Costa de Marfil contra la candidatura del presidente Alassane Ouattara a un tercer mandato, eventualidad explícitamente prohibida en la Constitución marfileña. Las protestas, no autorizadas por el Gobierno, están siendo reprimidas con violencia por las fuerzas del orden. Asimismo, se están produciendo enfrentamientos con los partidarios del actual presidente, quienes también han salido a las calles para mostrarle su apoyo. Los peores incidentes han tenido lugar en Daoukro, ciudad natal de Henri Konan Bedié, uno de los principales líderes opositores, donde han fallecido tres personas según la agencia France Presse, y en Bonoua, donde los manifestantes han incendiado la comisaría de policía tras la muerte de un joven de 18 años, y en Abiyán, la capital económica del país.
Las protestas comenzaron pocas horas después de que Ouattara, de 78 años y en el poder desde 2011, anunciara, el pasado 6 de agosto, su candidatura a un tercer mandato, defendiendo su legalidad porque al haberse aprobado una reforma de la Constitución en 2016, el contador se ponía a cero. Primero de manera espontánea y luego organizadas por colectivos de la sociedad civil y las ramas juveniles de los partidos de oposición, las manifestaciones han ido subiendo de intensidad con el paso de los días.
Para añadir más tensión, el diputado Tilkouété Dah Sansan, líder juvenil de la Agrupación de Houphouëtistas por la Paz y la Democracia (RHPD, en el poder), convocó a su vez a los partidarios de Ouattara a salir a las calles. Mamadou Koulibaly, candidato del partido LIDER (Libertad y Democracia para la República) a las elecciones, ha asegurado a través de un vídeo difundido en redes sociales que hay muertos y heridos, sin confirmar la cifra. “Es triste que el presidente mate a la población de su país para mantenerse en el poder”, aseguró el aspirante al sillón presidencial.
Los peores incidentes se han vivido en Daoukro, al este del país, donde este miércoles por la noche se declaró un toque de queda tras una jornada de violencia entre partidarios y detractores del presidente. Numerosas casas y comercios fueron incendiados y se produjeron tres muertos y decenas de heridos. Este jueves, los enfrentamientos saltaron a Bonoua, ciudad natal de la exprimera dama Simone Gbagbo situada a unos 60 kilómetros de Abiyán, donde falleció una persona según informó el alcalde, Jean-Paul Améthier. Los manifestantes han denunciado que la policía empleó fuego real para dispersarlos. La comisaría principal fue incendiada posteriormente.
Asimismo, numerosos puntos de Abiyán, capital económica marfileña, se vieron sorprendidos este jueves por el humo de los neumáticos quemados y rodeados de barricadas improvisadas, pese a que el ministro de Administración Territorial, Sidiki Diakité, había anunciado la víspera por la televisión estatal que las protestas estaban prohibidas. Los barrios de Yopougon, Port-Bouët y Anono, entre otros, han registrado los peores incidentes. Al menos una veintena de manifestantes han sido detenidos, entre ellos militantes del partido de Guillaume Soro, antiguo aliado de Ouattara y hoy rival político en el exilio.
La decisión del presidente de presentarse a las elecciones del próximo 31 de octubre ha reabierto las heridas de un país dividido que ya sufrió violentas masacres entre 2010 y 2011, cuando el pulso poselectoral entre el entonces presidente Laurent Gbagbo y el aspirante Ouattara se saldó con un conflicto que dejó tras de sí unos 3.000 muertos. Este último, declarado perdedor de los comicios por el Tribunal Constitucional marfileño, llegó al poder gracias a una rebelión armada que contó con el apoyo de la comunidad internacional y de las tropas francesas estacionadas en este país. Por su parte, Laurent Gbagbo fue acusado de crímenes contra la humanidad y juzgado en la Corte Penal Internacional, que posteriormente lo absolvió por falta de pruebas.