Se trata de los cantantes Texson, Selin Samuray, Django Poinchini, Taskiel Molon, Nene Bantú, La Mirey de Fifi, Sandra Star y Luis Mbomio. En un video que dura 2m’40s, intervienen los mencionados artistas mostrando cada uno sus dotes artísticas, mientras el coro repite: “Teodoro Nguema Obiang, nuestro Patrón, estamos mal parados; los músicos de Guinea Ecuatorial te pedimos que nos ayudes, por favor”, porque, según ellos, “el coronavirus ha acabado con nuestro oficio”.
Tengo que reconocer que el producto final es, artísticamente hablando, una pequeña joya, porque de un grupo como el mencionado, reunido para una canción, no se podía esperar algo mejor, lo que quiere decir que nuestro país tiene talento para todo, como cualquier otro país del mundo; nuestra desgracia es el régimen que nos ha tocado vivir. Dicho esto, mi valoración política y moral de este vídeo no puede ser más negativa.
Es verdad que el régimen empobrece, de forma deliberada, a los guineanos para que dependamos todos de él, para así tenernos sometidos como nos tiene. Que el coronavirus haya acabado con el oficio esos artistas, es solo un pretexto, porque los músicos guineanos del actual régimen, sobreviven porque cantan a la familia presidencial y a los ricos del partido en poder, sin lo cual no podrían producir nada. Ello, sin embargo, no debe hacerles perder la dignidad y el sentido común. ¿Se han preguntado esos artistas de dónde sacará Nguema Obiang el dinero que le piden? ¿No existe, en Guinea Ecuatorial, un ministerio de Cultura, dedicado, entre otras cosas, a apoyar y promocionar a los músicos?
Antes que Luis Mbomio, Nene Bantú y los demás, en Guinea Ecuatorial hubo grandes orquestas y excelentes músicos, como Okukut Obiang Mba, Eto Fili, Tú y Yo, Mboka-Mboka y Voz Negra. Salvo esta última, ligada a Radiotelevisión Guinea Ecuatorial, ninguno vivió de la caridad ni ayuda de nadie. Los trovadores Eyi Moan Ndong y Nve Meñe, y el ndongmba Mariano Esama Obiang, compatibilizaban su arte con el trabajo del campo, con sus fincas y huertos que les daban de comer, y hoy se mantienen vivos en nuestra memoria: a Okukut Obiang Mba le siguen bailando en las discotecas, se le oye en los bares y en los taxis, pese que hizo su música hace casi medio siglo; Eyi Moan Ndong, como Nve Meñe, son inolvidables porque lo bueno lo es para todas las épocas…
Si Luis Mbomio, Nene Bantú, Taskiel Molon, Serin Samurai y compañía están acabados como dicen y necesitan sobrevivir como artistas, ¿por qué no siguen el consejo que el General Obiang da a los ciudadanos, en el sentido de trabajar el campo y producir alimentos, como lo hicieron Nve Meñe y Eyi, sin perder de vista sus carreras artísticas?
El vídeo que nos ocupa es degradante para sus autores, como artistas y como personas, y para el país entero, al demostrar que el arte puede sobrevivir en Guinea Ecuatorial solo con la ayuda humanitaria del vicepresidente de la República. No hay diferencia entre ellos y los mendigos que vemos en las estaciones de metro y en las aceras de las ciudades de Europa pidiendo limosna para comer, utilizando cada uno su excusa para conmover y ablandar el corazón de los viandantes.