Acacio Mañe Elá, un héroe de la independencia. Joaquín Mbomio Bacheng y Baron Ya -Buklu. Radio Macuto


Lo que vemos todos es verdad. Y la verdad es que hemos visto que desde el 12 de octubre de 1968, día de la independencia de Guinea Ecuatorial, los dos grandes presidentes que hemos tenido, Nguema Primero, Macías, y Nguema Segundo, Obiang, en sus discursos oficiales, durante los actos nacionales, conmemoraciones, efemérides y demás celebraciones, cuando se pone en alto nuestro baluarte guineoecuatoriano, se les ocurre siempre a estos nuestros dictadores repetir de forma estentórea, con zaña y maña, los nombres de nuestros héroes, caídos por la patria y mártires de la independencia. Siempre repiten la misma trilogía: Enrique Nvo, Acacio Mañe y Salvador Ndong Ekang. Pero ignoran sus biografías, no conocen sus dichos ni hechos. Por eso nunca se les ocurre explicar al pueblo, como lo hacen dirigentes de los demás países y en el resto del mundo, las razones por las cuales los nombres de esos hombres aparecen en la nomenclatura de nuestra historia. Tampoco se nos dice por qué la lista de los héroes guineanos es muy limitada. Porque, en efecto, en Bata, en las playas del litoral riomunense, llevado por el viento, como un soplo de religiosa voz, resuena a veces el nombre del Padre Sialo. Y en esa liturgia de comunión nacional también se podría añadir otros nombres ilustres que también hace lustros iniciaron nuestra epopeya histórica. Tal es el caso del mítico rey Uganda de Corisco y del monarca bubi Mokata de Bioko, más conocido con su noble apelativo de Parohoto Mevulo Ekaloesesebe, quien se opuso rotundamente a la presencia colonial en su tierra isleña. Estos y otros muchos han sido olvidados en el recital partidista estatal. Pero siguen presentes, hoy más que nunca, en el memorial imperecedero de la población guineoecuatoriana.

De la misma manera tampoco se olvida a esos otros héoes y mártires caídos después de la independencia segados por la horda nguemista de las sendas dictaduras, pero recogidos para siempre por la memoria colectiva: el annobonés Manuel Castillo Barril, gran pedagogo y antiguo director del Instituto Carlos Lwanga de bata; los isleños Edmundo Bosio Dioco, líder de la Unión Bubi que fue vicepresidente de la República y expresidente de la Cámara de Comercio de Fernando Póo; Expedito Rafael Momo Bocara, joven político y promesa de la independencia. En Río muni, Bonifacio Ondo Edu, lider independentista y antiguo presidente del Gobierno Autónomo; Atanasio Ndongo Miyono, líder carismático y autor del himno nacional de la República de Guinea Ecuatorial; Jesus Alfonso Oyono Alogo, joven promesa guineana que fue uno de los políticos mejor preparados de su generación; Buenaventura Ochaga Ngomo, militante nacionalista y brillante orador ; Pedro Motu Mamiaga, destacado jefe militar que capturó al dictador Macías, Nguema Primero, en los bosques de Nsangayon en Mongomo durante el golpe de Estado de 1979. Homenaje también a esos hombres muertos que yacen todos en la gran fosa común de Ngolo, porque lucharon y consiguieron la libertad guineana pero fueron maltratados, torturados y aniquilados, a la balloneta limpia y a machetazos por sus propios hermanos. Después de la independencia. Sobre sus cuerpos mutilados la Dictadura Nguemista extendío una enorme losa funeraria sobre la cual construyó el Palacio del Pueblo de Ngolo. Para mejor enterrar y olvidar sus nombres

ACACIO MAÑE ELA, padre de la patria y mártir de la independencia de Guinea  Ecuatorial. AFRICA PIENSA | asodeguesegundaetapa.org

La vida de Mañe Elá es nuestra propia historia
Acacio Mañe Elá no conoció tal fratricidio, que fue en realidad un magnicidio, ejecutado por los dos grandes Nguemas que Guinea conoce desde el día de su independencia. Obiang y Macías. Porque Mañe Elá murio muy temprano, mucho antes de la proclamación de la República de Guinea Ecuatorial. Su vida se fue de la mano de los colonialistas. Puesto en su tiempo, momento de opresión colonial, en el duro contexto riomunense de Bata, una de las zonas de mayor control en Guinea durante el régimen franquista, este líder guineano se distingue muy pronto por sus dotes personales y como uno de los artifices del movimiento independentista que, más tarde, abocaría con la liberación nacional de los pueblos de Guinea. Hoy muchos sitúan la fecha de su desaparición el 16 de noviembre de 1959. Circulan varias versiones y relatos de las circunstancias que rodearon los últimos momentos de su vida. En este nuestro documental, no habrá grandes revelaciones porque aquí, en Guinea, como en otras partes del continente, la historia de Africa se sigue escribiendo con la misma tinta borrosa de antaño que sale de la pluma de ese poder del esperpento que siempre nos ha oprimido, post colonial y neocolonial. Mientras que el cantar de la autentica gesta africana brota de nuestra selva y se nutre de nuestra oralidad: de boca en boca la leyenda pasa de oido a oido y se reconstituye lo que pasó y ocurrio. Así reconstruimos nuestro propio pasado con elementos de la épica lírica negroafricana. Lo dicho por los testigos presenciales es transmitido por los mensajeros de camino. Y de esta manera nos llegó el relato de la vida y muerte de Acacio Mañe. Se trata de nuestras propias vidas, contamos aquí nuestra propia historia, la de un héroe de la independencia guineana. Se dice de Acacio Mañe que la España colonial se indignó contra él porque el líder guineano .supo maniobrar y engañar a la potencia ocupante. Acacio Mañe utilizó la misma estrategia de lucha anticolonial que desarrolló en su tierra Abeso Motogo, Primer Jefe de la tribu Meban en Mikomeseng. Oficialmente Acacio Mañe aparentaba ser el mejor servidor de los intereses españoles en el golfo de Guinea y el aliado más fiel a Madrid, por su condición de «Emancipado» y de terrateniente, mientras que en realidad, en las mil sendas de la selva guineana, este hombre de extirpe bantú estaba realizando una larvada labor de resistencia contra el opresor, dinamitando sus iniciativas por todo el territorio. Fue para él una verdadera guerra de liberación nacional contra el orden imperante impuesto por el yugo español.

Madrid ordena la eliminación de Acacio Mañe
Se dijo que la orden de su asesinato vino directo de Madrid, desde donde se destacó un comando para su ejecución. Se movilizó el Crucero Canarias, entonces buque insignia de la armada española, que abandonó rápido las aguas del Mediterráneo, atravesó parte del Atlántico para ir a fondear en la desembocadura del río Utonde, no lejos del cuartel general de la Guaria Civil de Bata. Estamos en el decenio de los 50, época de pleno auge del triumfo franquista. El Caudillo, Franco, dirige férreamente las riendas del Estado y del Ejército, cuenta con colaboradores de total abnegación; los hermanos Arias Salgado, uno ministro y otro general, pero sobre todo cuenta con su doble, el general Muñoz Grandes, quien después de su desastrosa campaña en Rusia al mando de la División Azul, cuando Franco todavía apoyaba a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, se irá al otro frente, en Africa, como enviado especial del Generalisimo para reafirmar la soberanía española en los territorios del golfo de Guinea. Llegamos en vísperas de los años 60, decenio de las independencias africanas. Se trata de un momento decisivo de la historia de los pueblos de ese continente. En Bata, en Guinea, Acacio Mañe, ya curtido en la lucha política y con la experiencia de su guerrilla permanente con la administración colonial, se da cuenta de la trascedencia del momento y multiplica actos de su activismo político con reuniones clandestinas y mitines en plena selva invitando a la población guineana a tomar parte del gran movimiento de liberación que anuncia el despertar africano por todo el continente. Africa ya camina hacia su libertad es el principal lema que repite Acacio en sus arengas, movilizando a sus compatriotas. Mañe Elá pregonaba el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Para el líder guineano la hora de África ya había sonado. En Ghana, Kwame Nkrumah, el padre del panafricanismo, anuncia la independencia de su país el 6 de marzo de 1957. En Guinea Conakry, Sekou Touré opone un NO rotundo al sistema neocolonial galo propuesto por Francia a los países africanos proclamando la soberanía nacional y total de su país el 2 de octubre de 1958. Por todas partes en África florecen movimientos y partidos de liberación nacional que aceleran el proceso de descolonización y la lucha por la indepedencia.

Un proyecto para Guinea
A tenor de lo que pasa en el resto de África al final de los años 50, con la aparición de los primeros Estados independientes, Acacio Mañe Elá obra y actúa también por la emergencia de un Estado guineano libre y soberano. En su ideario político expone las premisas de un Estado social pluralista de corte africano fundamentado en el concepto filosófico bantú del Ubuntu. Con un programa prioritario centrado en la juventud, educación gratuita y sanidad para todos. Acacio Mañe será el primero en diseñar la bandera de la futura República con tres colores: verde blanco y rojo (el azul lo pondrán Ondo Edú y Ndongo Miyono). Sin embargo el pujante activismo político del nacionalista guineoecuatoriano no escapa a la ferrea vigilancia que mantiene la administración española sobre sus territorios de ultramar. Las arengas proindependentistas de Acacio Mañé llegan a los oidos del Gobernador General de España en Guinea Ecuatorial, el Almirante de la Marina Faustino Ruiz Gonzalez, un alto jerarca del régimen franquista que ha transformado la colonia africana en feudo personal. Sus comunicaciones con Madrid van directo al Palacio del Pardo, centro del poder español y guarida de Franco. Allí llegan informes de alto nivel y de ahí salen también órdenes escuetas cumplidas en el acto. Así llega la orden de eliminación física del lider político guineano. Considerado por la potencia ocupante como elemento subversivo de mucho cuidado que atenta contra la seguridad del Estado español : Motivo suficiente para movilizar a la armada española y situar en las aguas del litoral batense el Crucero Canarias con un equipo de comando especializado en operaciones secretas sin dejar huellas ni rastro. Hasta hoy no se sabe exactamente lo que le pasó a Acacio Mañé el día de su desaparición.

Acacio Mañe Elá, héroe y mártir
Acacio Mañe nace en Ndjiakom en el curso del año 1904 y desaparece el 11 de noviembre de 1959. Era el hijo mayor de una familia de nueve hijos su padre se llamó Buenaventura Elá Ncomo Oyé y su madre Abua de Elá. Por su nivel cultural y situación económica Acacio Mañe tenía el estatuto de « Emancipado del Estado español », es decir que gozaba de los mismos derechs de cualquier ciudadano de la metrópoli, contrario a la inmensa mayoría de la población de la colonia considerada como « súbditos ». Era un afincado terrateniente y propietario de una mansión señorial. Tenía varios obreros y jornaleros que trabajaban en su finca situada en las inmediaciones de Monte-Bata, a una veintena de kilómetros de la capital litoral. Por su fortuna personal el líder guineano podía haber vivido holgadamente el resto de sus días si se hubiera desinteresado de los asuntos políticos de su país. Pero tal no fue el caso. En el momento de su desaparición su proyecto político ya se había extendido por toda Guinea y se presentaba como una seria amenaza de los intereses españoles en la colonia. Por su vida ejemplar, su espíritu de sacrificio y nobleza, Acacio Mañe Elá representaba todo lo contrario de lo que Nguema Segundo, Obiang, con su hijo Teodorín y su mujer Constancia están practicando hoy en Guinea: un nepotismo corrupto y sanguinario. En este sentido+ la vida de Acacio mañe Elá no solo es una doble lección de africanismo y nacionalismo sino simplemente una ilustración formal de ética humana. El líder batense será uno de los principales colaboradores del rey Santiago Uganda de Corisco. El monarca isleño fue el primer dirigente guineano que denuncia el colonialismo español en las instancias internacionales. Poco después de la creación de la Comisión de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, en febrero de 1946, Uganda envía un abultado informe a la Comisión relatando los atropellos y violaciones cometidas por el sistema colonial español contra la indefensa población guineana. De la misma manera, sientiendo cercano el final de su vida por su avanzada edad, el jefe benga, Uganda, confía a su .colaborador fang, Mañe Elá, el documento que lleva sellado el tratado de permanencia española en el territorio guineano. Tal documento estipulaba que los españoles debían permanecer en Guinea. durante un tiempo determinado, pasado el cual España debía retirarse y facilitar la libre determinación del país. De regreso de Corisco Acacio Mañe, temiendo una visita de inspección de la Guardia Civil, esconde el Tratado en el hueco de un árbol de su finca. Pocos días después recibe una convocación de la Comisaria de la policía de Bata mediante.un escueto telegrama. El día 11 de noviembre, poco después de su comparecencia en la policía Acacio abandona el establecimiento judicial y se dirige con su coche hacia la Misión Católica de Bata y este será su último trayecto. De repente el sol tropical dejó de brillar en la ciudad costera y desapareció del cielo. Se dijo que el líder guineano fue secuestrado por un comando en las inmediaciones de la catedral de Bata y su cuerpo fue arrojado a la mar atado a una pesada losa. El 12 de octubre de 1968, fecha de la independencia de Guinea Ecuatorial Acacio Mañe Ela es declarado Mártir de la Independencia y Héroe nacional.

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