El primer ministro interino de Malí, Abdoulaye Maïga, se dirige a la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 24 de septiembre de 2022. © 2022 Mary Altaffer / AP Photo
Continúa la intimidación de periodistas y críticos del gobierno
En Malí, los profesionales de los medios de comunicación sufren hostigamiento e intimidación por sus críticas reales o percibidas al gobierno de transición.
El 3 de noviembre, la Alta Autoridad para la Comunicación de Malí (HAC) suspendió un canal de noticias maliense, Joliba TV News, acusándolo de cometer «graves y repetidas violaciones y violaciones de las disposiciones sustantivas del Código de Ética de los Periodistas en Malí«.
La suspensión se produjo tres semanas después de que las autoridades emitieran un aviso formal al canal por transmitir un editorial que, según funcionarios de HAC, contenía «declaraciones difamatorias» sobre las autoridades. En las imágenes, emitidas el 30 de septiembre, el director de noticias del canal, Mohamed Alidou Attaher, dijo que la libertad de expresión estaba en peligro en Malí. También criticó el discurso del primer ministro interino Abdoulaye Maiga ante la Asamblea General de la ONU.
Los días 4 y 5 de noviembre, tres hombres armados, vestidos de civil pero presuntamente miembros de los servicios de seguridad del gobierno, se presentaron en la casa del periodista Malick Konaté. Konaté, que no estaba en casa, ha recibido amenazas de muerte desde la emisión el 31 de octubre de un documental de la emisora francesa BFMTV sobre la presencia en Malí del Grupo Wagner, una empresa privada de seguridad militar con aparentes vínculos con el gobierno ruso.
Las autoridades malienses, que luchan contra grupos islamistas armados en diferentes partes del país y particularmente en el noreste, han negado la presencia del grupo Wagner.
Los espectadores acusaron a Konaté de traición por contribuir al documental, que mostraba a sobrevivientes de una masacre perpetrada por las fuerzas de seguridad malienses y fuerzas extranjeras sospechosas de pertenecer al grupo Wagner que dejó 300 muertos en la ciudad de Moura. Human Rights Watch y otras organizaciones han documentado esta masacre, así como la presencia de combatientes extranjeros.
BMFTV afirmó que el papel de Konate en el documental se limitó a realizar entrevistas con miembros de la Asociación Yerewelo, un grupo conocido por sus posturas pro-rusas y su apoyo al gobierno de transición.
A principios de este año, Human Rights Watch documentó cómo las autoridades malienses arrestaron y hostigaron a opositores o presuntos críticos del gobierno de transición y tomaron medidas enérgicas contra los medios extranjeros. Las autoridades expulsaron a un enviado especial de Jeune Afrique en febrero y suspendieron Radio France Internationale y France 24 después de que ambos medios difundieran informes delicados que implicaban abusos cometidos por las fuerzas de seguridad.
Estos incidentes recientes demuestran que las violaciones de la libertad de prensa no han disminuido. En lugar de reprimir las críticas y hostigar a los trabajadores de los medios de comunicación, las autoridades malienses deben promover el diálogo público y la libertad de expresión, que son elementos esenciales de una transición creíble a la democracia.
Proteger la libertad de expresión en Malí| Human Rights Watch (hrw.org)